Cuentos y cuentecillos, retahílas y coplillas, sonidos y soniquetes, cantinelas y romancillos…
Palabras para quitarse el sombrero, para subir y bajar escaleras y hasta para batir un huevo bien batido.
Y todo ello aderezado con la alegre música del acordeón.
Detrás de la representación de esta obra están las siguientes personas y compañías, a las cuales agradecemos desde aquí su esfuerzo y dedicación. Es un honor contar con su compromiso y creatividad.